El síndrome de Cushing es una de las enfermedades endócrinas más comunes que ocurre principalmente en perros de mediana edad y de edad avanzada, y se asocia a un exceso de producción de cortisol. El cortisol es producido por las glándulas suprarrenales, dos pequeñas glándulas ubicadas en el abdomen, junto a cada riñón. La hormona llamada HACT (adrenocorticotropica) controla la producción y liberación de cortisol de las glándulas suprarrenales. La HACT misma es producida por la glándula pituitaria, una glándula del tamaño de un guisante ubicada en la base del cerebro. La concentración de cortisol en sangre de animales sanos varía considerablemente a medida que fluctúa la demanda de cortisol del cuerpo. Por ejemplo, durante un período de estrés o enfermedad, la producción de cortisol de las glándulas suprarrenales se incrementa. Una vez que este período de estrés ha pasado, la concentración de cortisol en sangre regresa a la normalidad.
Cómo reconocer los signos del síndrome de Cushing
El síndrome de Cushing se produce principalmente en perros de edad avanzada. El letargo (disminución de los niveles de energía), la pérdida de pelaje, un estómago prominente o barrigón, enfermedades crónicas de la piel, cambios en el comportamiento, micción frecuente y un apetito voraz son algunos de los signos más visibles. Varios de estos síntomas son muy similares a aquellos asociados con el proceso normal de envejecimiento y ocurren lentamente durante varios meses, lo cual dificulta reconocerlo como el proceso de la enfermedad en comparación con el envejecimiento «normal». Los signos más visibles del síndrome de Cushing incluyen:
- Micción excesiva (exceso de orina) con posible incontinencia.
- Excesivo consumo de agua.
- Apetito voraz.
- Jadeo excesivo, incluso en estado de reposo.
- Pérdida de masa muscular y debilidad.
- Infecciones frecuentes del tracto urinario (cistitis).
- Estómago prominente o barrigón.
- Letargo.
- Pérdida del pelaje, piel delgada e infecciones recurrentes en la piel.
No todos los perros reaccionarán a la sobreproducción de cortisol vista con el síndrome de Cushing del mismo modo y, por lo tanto, es probable que su perro no muestre todos estos síntomas .
Consulte siempre con su veterinario en caso de cambios en el nivel de energía o el comportamiento de su perro, su ingesta de agua o su apetito.
